Purificación

El agua es uno de los elementos centrales en la alimentación.

Un individuo promedio debe beber al menos 1 litro y medio de agua para estar hidratado por completo y permitir al organismo que lleve a cabo las funciones metabólicas, se mantenga la presión osmótica y se ejecute el transporte de nutrientes de manera eficiente.

Sin embargo, si el agua que se ingiere no está debidamente tratada, las consecuencias sobre la salud pueden ser letales. Por eso es importante estar al tanto de los instrumentos que pueden purificar el agua de forma segura y económica como, por ejemplo, los filtros de agua.

Por qué es importante beber agua filtrada

El agua sin filtrar, en otras palabras la que sale directamente del grifo, puede tener ciertas características que no la hacen por completo recomendable para su consumo.

Aunque existen regulaciones dictadas por la UE en cuanto al tratamiento de las aguas potables y que la hacen medianamente segura, también es cierto que la calidad del agua puede variar dependiendo de la zona.

Existen lugares de la geografía nacional mucho más expuestos a la contaminación que otros.

El agua sin filtrar puede tener un olor y sabor desagradable debido a varias razones.

Por una parte, el cloro que se le adiciona para su tratamiento, así como las sustancias químicas que se desprenden de las tuberías viejas, entre las que figuran el plomo, el arsenio y el aluminio.

Por otra parte, pueden existir restos de pesticidas si la fuente está cerca de cultivos o, en casos más graves, restos de contaminantes si las fuentes de abastecimiento están cerca de industrias.

Ante la posibilidad de estar expuesto día tras día a consumir contaminantes en el agua que sale del grifo, lo mejor es estar seguro y buscar una solución: instalar un filtro capaz de purificar el líquido vital que ingiere toda la familia.

Tipos de filtros para purificar el agua

Antes de instalar un filtro de agua en casa o en la oficina es importante conocer cuáles son los más usados y de qué forma actúan.

Entre los más conocidos están:

  • El filtro de carbón activado en bloque o granulado: es muy eficiente puesto que el carbón es un material ideal para purificar el agua. Elimina alrededor de setenta sustancias nocivas para la salud y, a su vez,  absorbe los olores y sabores desagradables, dejando el líquido mucho más puro.
  • El filtro de ósmosis inversa: es mucho más eficaz que el filtro de carbón activado, pero junto con las sustancias nocivas también elimina los minerales beneficiosos. Funciona a través de una membrana semipermeable que logra eliminar iones, moléculas y partículas de todo tipo en el agua potable.
  • El filtro de intercambio iónico: es útil para disminuir la acumulación de cal en el agua del grifo y además desinfectarla. Este sistema usa un proceso químico que detecta y atrae por medio de cargas iónicas los agentes indeseados y deja en el líquido los inofensivos.

En definitiva, beber agua filtrada es más seguro para la salud de toda la familia, mucho más económico que comprar agua embotellada. No contamina el ambiente y ayuda a prevenir el gran problema de los plásticos en el planeta.