El pH o potencial de hidrógeno es una medida que expresa la concentración de iones de hidrógeno en una disolución o sustancia. Lógicamente, el agua es una de las primeras sustancias en la que se realizaron ensayos para determinar el valor de pH. Se manejan diferentes rangos según el tipo de agua con la que se vaya a trabajar.
La escala de pH que se utiliza internacionalmente parte desde el valor 0 hasta el valor 10, considerándose como neutro el pH 7, como básico aquel superior a 7, y como ácido aquel inferior a este valor, variando en intensidad de acidez o alcalinidad de acuerdo a la escala.
A nivel internacional, existen diferentes indicadores que permiten estimar la calidad del agua y uno de ellos es el pH, ya que la variación del mismo puede ocasionar un incremento de la disponibilidad de microorganismos en el agua y se comporta como indicativo de déficit o exceso de minerales.
Así, con la ayuda de un medidor de pH o phmetro es posible determinar si el agua se encuentra un estado ácido o alcalino.
Influencia del pH sobre la calidad del agua
El pH es una referencia del comportamiento de una disolución y, en el caso del agua, sirve para dar una valoración de la calidad de la misma para poder aceptar o no su consumo por el ser humano.
En este sentido, los valores de pH se encuentran asociados con la salubridad del agua.
Por ello, un valor por encima de 9.5 de pH indica una alcalinidad del agua por un exceso de minerales y materia orgánica, y un valor por debajo del pH 6.5 imposibilita el uso del agua para consumo por su acidez.
El equilibrio iónico el agua puede verse afectado cuando hay variaciones bruscas del pH, lo que puede llegar a ocasionar perturbaciones de la salud de las personas que, muchas veces, resultan casi imperceptibles, por lo que es difícil encontrar la causa de origen del malestar.
¿Cómo corregir el pH del agua?
Es muy importante que el agua para consumo humano conserve un pH de entre 6.5 a 9.5 para ser considerada como inocua. Para ello pueden aplicarse diferentes tratamientos, donde uno de los más efectivos es la instalación de filtros de agua.
El filtro alcalinizante que se encuentra presente en los equipos de ósmosis cuenta con la capacidad de modificar el pH ácido del agua, tornándola más alcalina mediante la incorporación de minerales esenciales, como son el magnesio, potasio y calcio o también, mediante la incorporación de iones de hidrógeno al agua.
Así, resulta cada vez más común el uso en el de hogar de equipos de ósmosis u ósmosis inversa que garantizan la purificación y equilibrio iónico para consumir agua dentro de los estándares de calidad recomendados por los organismos internacionales.
El uso de este tipo de equipamiento representa una inversión que puede ser recuperada en el tiempo, pues se trata de equipos que con un uso adecuado pueden llegar a durar muchos años. Tienen la ventaja de cuidar nuestra salud siendo muy sencillos de utilizar por cualquier miembro de la familia.