Conocidas como un desinfectante muy estable y efectivo, las cloraminas son aminas que se forman al reaccionar el ácido hipocloroso (HOCl) con el amoniaco (NH3) en una proporción ideal de 6:1. Son cada vez más utilizadas para tratar el agua potable ya que no reaccionan tan seguido con la materia orgánica presente.
Hoy día, se emplea menos cloro y más cloramina en las plantas de tratamiento, ya que es más estable y no desaparece rápidamente, esta propiedad asegura una desinfección total hasta que el líquido llegue al consumidor. Gracias a sus características son usadas como lejía, oxidantes y en mayor parte desinfectantes.
Tratamiento del agua con cloraminas
El uso de esta amina para tratar el agua es en la desinfección secundaria, justo después de aplicar la técnica de cloración y se extiende en el proceso tras la etapa de filtración. Durante su reacción se añade amoniaco al líquido con cloro para formar monocloramina (NH2Cl), dicloramina (NHCl2) y tricloramina (NCl3).
La formación de una u otra está determinada por el pH, la temperatura y la concentración de cloro y amoniaco que tiene. La de mayor presencia es la monocloramina, por lo que es la responsable de la desinfección total, ya que la dicloramina y la tricloramina no representan un porcentaje significativo en el proceso.
Esta, es tan efectiva como la desinfección con cloro, logra desactivar microorganismos en mecanismos de reacción que se llevan a cabo con tiempos más lentos y destruyen la capa protectora de los virus.
Es un excelente oxidante, eliminan las baterías al bloquear su metabolismo desde la pared celular y reaccionan con aminoácidos directamente en el ADN bacteriano.
Tiene mayor eficiencia ya que a través de su reacción con las partículas en el agua no se forman subproductos contaminantes y se mantienen activas durante mucho tiempo, incluso en el recorrido por las tuberías y en todo el suministro sin romperse.
Para eliminarla antes del consumo humano se utiliza un filtro de carbón activado granular, que permite disminuir su concentración a menos de 0.1 partes por millón (ppm).
Ventajas del uso de cloraminas en el proceso de tratamiento
Las monocloraminas son utilizadas como un componente esencial para controlar el crecimiento bacteriano en los sistemas de distribución y evitar las corrosiones en la red. Sus principales ventajas se enfocan en sus características químicas. Estas son:
- Mejoran el sabor y el olor del agua potable. Son componentes que no alteran el pH, por lo que añade un gusto más agradable que el cloro. Incluso, son utilizadas para evitar el sabor y el olor que puede quedar en la primera fase del tratamiento.
- Permanecen más tiempo en el líquido. Las monocloraminas se mantienen activas durante un largo periodo y pueden eliminar contaminantes durante todo el suministro. Aparte, hacen que se produzca menos corrosión.
- Forman menos cantidad de subproductos de desinfección. Produce poca cantidad de compuestos orgánicos como thihalometanos (THM) y otros cancerígenos entre los que se encuentra el ácido acético halogénico (HAA).
Por esto, aunque inicialmente fue usado como desinfectante alternativo, lo cierto es que hoy las monocloraminas tienen una función muy importante en las plantas de tratamiento.