El agua debe cumplir con ciertos parámetros para ser considerada como potable para el consumo humano. Uno de ellos es el nivel de acidez, que debe estar entre los niveles 7 a 7,3 en busca del equilibrio saludable entre bicarbonato, carbonato y dióxido de carbono.
Hoy en día, los prestadores de servicio del líquido miden el pH, entre otros factores, con el fin de evitar que los agentes ácidos de la contaminación en el ambiente afecten su calidad.
Qué es el pH
El pH (pondus hydrogenii) es la medida de la cantidad de iones de hidrógeno que en se encuentra en una sustancia. Es el indicador más común para señalar si el agua es ácida o alcalina en un sistema que registra desde el 0 (más ácido) hasta el 14 (más alcalina).
En el caso del agua, al igual que la sangre, es neutra. Su pH se ubica entre 7 y 7,3, pero si su nivel baja, puede contener altas concentraciones de metales como el hierro y manganeso, que producen corrosión en los caños de las zonas residenciales.
Estos cambios también ocurren debido a las variaciones de temperatura, presiones atmosféricas y niveles elevados de dióxido de carbono en el ambiente.
Por su parte, la alcalinidad determina la capacidad de una sustancia para neutralizar ácidos. Por lo que los científicos la miden junto al pH con el fin de identificar si el agua es corrosiva y está en riesgo de afectar la salud de las personas que la ingieren.
Al ser corrosivo, el H2O disuelve iones metálicos del manganeso, zinc, cobre, hierro y plomo que desgastan las tuberías, especialmente de las edificaciones más antiguas.
Agua alcalina
Para una vida más saludable, los usuarios ingieren agua alcalina por su poder antioxidante y capacidad de disminuir los niveles de acidez en el metabolismo, que causan dolencias desagradables como el reflujo.
A su vez, evita los síntomas del envejecimiento prematuro, la retención de líquidos y facilita la hidratación de las células durante la práctica de ejercicios.
Como se ha visto, cuando el líquido se encuentra con un pH mayor de 8.5 no pone en riesgo la salud de las personas, pero sí causa deterioro a las casas y edificios, que se evidencia de distintas maneras, y crece sarro en las tuberías, lo que dificulta la presión del agua que baja por el grifo.
Así como también disminuye la eficiencia de los calentadores y de los detergentes.
Filtros con agua alcalina
Actualmente en el mercado se encuentran filtros diseñados con tecnología de Ósmosis Inversa de Agua Alcalina que funciona a través de 5 etapas de purificación.
Primero se reduce el óxido y las partículas con una membrana de 5 micras para sedimentos, después el agua pasa por el tratamiento con carbón activado granular. En la tercera etapa, el cartucho de carbón reduce los olores, los metales y los elementos orgánicos impuros.
A continuación, la membrana de ósmosis inversa reduce los metales pesados y tóxicos, después se emplea el pulido de olores y sabores desagradables y finalmente se alcaliniza el agua con pH de 7.5 a 9.5.